3.3.08

Uribe, asesino

El pasado sábado entre 20 y 22 guerrilleros pertenecientes a las FARC, eran asesinados en suelo ecuatoriano. Entre dichas víctimas en el homicidio múltiple estaba el número dos en la jerarquía de la citada organización, Raúl Reyes. El día antes de este lamentable suceso había estado leyendo una entrevista a este señor (que a su vez era portavoz de la guerrilla) y quizá por ello el impacto posterior fue mayor. Aludía a algunas circunstancias sobre la imposibilidad de utilizar la palabra en Colombia para exponer unas ideas. En los años 80 las FARC intentaron la lucha por la vía política por medio del partido Unión Patriótica (UP). Más tarde se desvincularía de cualquier tipo de acción violenta o lucha armada para centrarse en la que creían única vía: la palabra. El resultado de esto fueron al menos 3.500 muertes de sus militantes. Al gobierno títere colombiano, a los oligarcas y a los paramilitares controlados por los anteriores no les gustó mucho eso de que algunas personas decidieran luchar por sus ideas, decidieran convencer a otra gente que existe otra realidad diferente a la que exponen los medios de comunicación controlados por el capital. El resultado obvio de dicha matanza fue claro: desaparición, clandestinidad o militancia en el exilio. Fabuloso para un país que presume democracia hoy día. Y hablo de hoy día porque hoy podemos comprobar que el gobierno sigue matando para mantener el pensamiento único. Llamaré a Uribe tres veces lo que es para no dar lugar a dudas: asesino, asesino y asesino. Esa marioneta del dinero fresco neoliberal. Qué miedo da la gente con tan pocos escrúpulos. Hace unos años nos escandalizaba ver como EEUU esgrimía pruebas sobre la inequívoca existencia de armas de destrucción masiva en Irak sin haber una resolución de la ONU de por medio. Hoy podemos ver a mandatarios colombianos con papeles en la mano intentando justificar el ruin asesinato de un grupo de guerrilleros. Además la acción fue de lo más escandalosa en tanto a que se invadió espacio aéreo ecuatoriano sin permiso alguno para bombardear el campamento y se disparó por la espalda y remató a las víctimas. Esto es la práctica. En la teoría, dictada por los medios de comunicación al servicio de los dólares americanos dice otra cosa. Dice que fue una acción militar, habla de un enfrentamiento entre tropas. Qué desfachatez cuando según testigos las armas de los guerrilleros estaban apiladas y tan solo tres de ellos estaban vestidos ejerciendo labores de vigilancia. En ropa interior, por sorpresa te encuentras con unas bombas en tu cabeza y unos tipos que descienden de helicópteros para dispararte por si aún sigues vivo. Este es el panorama de Colombia. Estos son los terroristas: el estado, y con el su máximo dirigente: Uribe. Penoso el acontecimiento y penosas las noticias vertidas sobre el mismo por los medios de comunicación. Otra vez esos mercenarios, otra vez los dólares, los euros o los pesos. Ahora los liberales exaltados justificarán otra vez la muerte y la destrucción, el pan de cada día para quien se impone a los demás movido por la avaricia. Denigrante y obsceno.

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