27.2.08

el sindrome de diógenes en la redacción

Podemos hablar ahora de sus eminencias los periodistas. Esos mercenarios de los hechos. Toma una acción, defórmala para que parezca atractiva, y publícala. Desde el joven becario hasta el redactor jefe: todos culpables. Todos involucrados en el mismo juego. Las mismas tretas para ganarse la vida a base de florituras, mentiras, artimañas lingüísticas y demás actitudes farisaicas por dinero. Son la cosa nostra de las letras, tipos sin escrúpulos que no dudan en perjudicar a algunas personas con sus prodigiosas construcciones, de cambiar la realidad sin ningún reparo para salir adelante, para verse realizados. Es tan despreciable todo esto, tan ruin... No me gusta generalizar y por eso creo que habrá algun@ que merezca un oficio así. Puede ser más o menos fácil ejercerlo, pero cuando pierdes tu honestidad mediante acciones como las que se ven cada día en los medios, no mereces mucho respeto. Puede que todo sea culpa del sistema, de lo establecido para ellos, sus engranajes. Cuando nos hablan orgullosos de esta como la era de la información es un tanto tétrico que en realidad ell@s estén colaborando a la desinformación. A la ignorancia, la práctica de hablillas y la creación de confusiones infames. Podeis seguir con esas ansias de estudiar periodismo para acabar así, o intentar cambiar algo, evolucionar por la ayuda entre semejantes y no por la búsqueda del morbo. Tengo tantos malos pensamientos hacia vosotros, que me llena de alegría cuando (rara vez) encuentro a algún miembro del gremio que verdaderamente merece pertenecer al mismo. Los medios de comunicación, sus pequeños peones y las cabezas pensantes, volved a vuestra cueva y dejad de injuriar al mundo. Abandonad la basura que os da esos plasmas en los que veis vuestro reflejo. Más información constructiva. Menos mercenarios.

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