28.2.08

inseguridad

No hace mucho tuve la oportunidad de videar "Sicko" del directo M.Moore. Digo bien, "directo", ya que no se corta un pelo en proclamar algunas historias del modo más drástico y desmesurado posible. Este es el caso del documental que nos ocupa, aunque en esta ocasión, la forma de actuar del (ahora sí) director, es la más idónea para un tema escandaloso como es la inexistencia de la salud pública en la primera potencia de occidente. Sin entrar a valorar la película, sólo quería comentar la mención que en ella se hace a la publicidad (allí) que desde hace ya bastantes años viene vertiéndose sobre lo perjudicial que es para tod@s que el estado controle la sanidad. Y con ello apuntar a dos casos que podemos ver en el film. El primero es el de Ronald Reagan, presidente de dicho país entre 1981 y 1989, defensor a ultranza del anticomunismo, que rezaba en un LP difundido por algunos lugares de EEUU las siguientes palabras (traducción al castellano de lo que se expone, y sólo de esa parte, en el documento de Moore):

"Mi nombre es Ronald Reagan. Uno de los métodos tradicionales de imponer la forma de gobierno conocida como socialismo es mediante la medicina. El doctor empieza a perder su libertad.
Es como decir una mentira y una lleva a la otra, el doctor decide que quiere ejercer en un lugar
y el gobierno le dirá que no puede vivir en ese lugar, que ya tiene suficientes doctores, que tendrá que ir a cualquier otro lado.
Todos vemos lo que puede pasar una vez que se establece el precedente, que el gobierno puede determinar el lugar de trabajo de un hombre y sus métodos de trabajo y detrás de esto vendrán otros programas federales que invadirán cada área de la libertad como no lo habíamos visto antes en este país, hasta que un día nos despertaremos para encontrar que tenemos socialismo."

La parte que explana el director de dicho LP, está bastante marcada a lo que quiere que se escuche de Reagan, el sentimiento anticomunista que años después lo llevarían a la casa blanca y que sirve en este caso como excusa para su discurso. Digo años después porque este mensaje de propaganda vió la luz en 1961, en plena guerra fría, un año antes de la crisis de los misiles en Cuba. Cuando hacía falta luchar fervientemente contra los engranajes comunistas, y Reagan ya había triunfado como actor al más alto nivel ¿? Asuntos políticos aparte, está claro que estas campañas sólo pretendían convencer sobre la conveniencia de que el sistema de seguros médicos y sanidad privada perdurase en el país y los involucrados desde arriba pudiesen seguir llenándose los bolsillos a costa de la salud del populo. Bien, para quien quiera escuchar el fragmento de audio completo, aquí dejo el link:
http://www.livevideo.com/video/embedLink/415EE6E634A14E2F828ED104CE605929/262316/ronald-reagan-speaks-out-again.aspx

Y otro en el que se transcriben algunas de las perlas que en el aparecen:
http://www.larrydewitt.net/Essays/Reagan.htm

Otro charlatán que podemos ver es el gran médico Edward Annis, presidente de la asociación médica americana por aquel entonces (también a principios-mediados de los 60) ironizando sobre tratar a todos los doctores con igualdad y justicia y otras historias de lo más interesadas. Es curioso como gran parte de los esfuerzos empleados en sus rezos, es para meter miedo al sector médico. A advertirles sobre lo mal que vivirían con un sistema sanitario controlado por el gobierno. Porque en el fondo a la gente, si el gremio médico está convencido, poca elección le queda. Y más sabiendo que la clase política está untada hasta las cejas por las grandes empresas que en este asunto tienen su razón de existencia. Es gracioso cómo en el documental a cada individu@ de la clase política cuya voluntad ha sido adquirida a golpe de talón, se les pone una pequeña etiqueta con el precio de su voluntad. Sí, dicen que todos tenemos un precio. Humillante para la sociedad que existan.
Esto se ve así desde aquí. Desde la seguridad (social). Desde la lástima hacia algunas personas y el desprecio hacia el resto. No hace falta adivinar quien está en cada lugar.

27.2.08

el sindrome de diógenes en la redacción

Podemos hablar ahora de sus eminencias los periodistas. Esos mercenarios de los hechos. Toma una acción, defórmala para que parezca atractiva, y publícala. Desde el joven becario hasta el redactor jefe: todos culpables. Todos involucrados en el mismo juego. Las mismas tretas para ganarse la vida a base de florituras, mentiras, artimañas lingüísticas y demás actitudes farisaicas por dinero. Son la cosa nostra de las letras, tipos sin escrúpulos que no dudan en perjudicar a algunas personas con sus prodigiosas construcciones, de cambiar la realidad sin ningún reparo para salir adelante, para verse realizados. Es tan despreciable todo esto, tan ruin... No me gusta generalizar y por eso creo que habrá algun@ que merezca un oficio así. Puede ser más o menos fácil ejercerlo, pero cuando pierdes tu honestidad mediante acciones como las que se ven cada día en los medios, no mereces mucho respeto. Puede que todo sea culpa del sistema, de lo establecido para ellos, sus engranajes. Cuando nos hablan orgullosos de esta como la era de la información es un tanto tétrico que en realidad ell@s estén colaborando a la desinformación. A la ignorancia, la práctica de hablillas y la creación de confusiones infames. Podeis seguir con esas ansias de estudiar periodismo para acabar así, o intentar cambiar algo, evolucionar por la ayuda entre semejantes y no por la búsqueda del morbo. Tengo tantos malos pensamientos hacia vosotros, que me llena de alegría cuando (rara vez) encuentro a algún miembro del gremio que verdaderamente merece pertenecer al mismo. Los medios de comunicación, sus pequeños peones y las cabezas pensantes, volved a vuestra cueva y dejad de injuriar al mundo. Abandonad la basura que os da esos plasmas en los que veis vuestro reflejo. Más información constructiva. Menos mercenarios.

26.2.08

aprende inglés (la mafia se preocupa por tí)

Está de moda entre las mafias políticas tratar de convencer a todo el mundo de lo importantísimo que es estudiar inglés. "Hay que pensar en los niños pequeños, ya que en este mundo no se va a ningún sitio sin saber hablar y escribir correctamente inglés", nos dicen. Y esto lo dicen tipos a los que escuchas (si llega a ser posible) balbucear algo en ese idioma, y no se sabe si da risa o ganas de llorar tal esperpento interpretativo. Ellos que ven el inglés tan importante para navegar, para viajar, para aprender, para los negocios... pero que no tienen ni idea del asunto. Vaya, que almas tan caritativas, que se preocupan por nuestra educación, por la educación de los pequeños triunfadores del mañana. Toca mover ficha, toca hacer algún tipo de reforma. Meter más horas de inglés inútiles en las escuelas. Ese inglés que es el mismo con añadidos y condimentos desde que tienes 8 años hasta que tienes 18. Están embotados en un mundo de fantasía en el que los hechos no les apoyan nunca cuando tratan de educar, por educar dentro de su hipocresía. Sacad tiempo para darnos un poco de ejemplo de vuestra apretada agenda y no prediqueis y lleveis a las ilusas mamás a comprar los fascículos de "Aprenda inglés en un mes" para que sus desdichados hijos sean eminencias el día de mañana. Dejad a un lado vuestros pregones y dadnos ejemplo. Vamos. Si no, en el peor de los casos siempre podremos ser mañana hienas aprovechadas como vosotros, con grandes ingresos a fin de mes. No estaría mal si careciésemos de escrúpulos. Menuda quimera, intentar que la gente aprenda inglés desde vuestra posición. Tan falsa. Tan aburrida.

25.2.08

Empieza a enfrentar

Si un tipo te para por la calle y te cuenta mil historias es posible que no le hagas el más mínimo caso. Si este personaje entra en tu casa es posible que te llegue un halo de preocupación e incluso podrás llamar a los servicios de emergencia. No veo porqué debieses cambiar este comportamiento. Quién sale de la pantalla de tu receptor de TV a través de ese coaxial sólo hace chupar algunos de los impulsos nerviosos que podrías estar empleando en algo verdaderamente útil. Elige bien a quién quieres escuchar. Apaga ese trasto. Destrúyelo. Hazte un favor.